Miles de personas tomaron las calles en varias ciudades de Perú este jueves para exigir nuevas elecciones y la liberación del expresidente Pedro Castillo, detenido bajo acusación de rebelión y conspiración por la fiscalía peruana tras un fallido autogolpe.
Las protestas parecían ir de menos a más 24 horas después de que el Congreso, dominado por la derecha, destituyera al izquierdista Castillo el miércoles y asumiera el mando del país la vicepresidenta Dina Boluarte.
Castillo intentó disolver el Legislativo e instaurar un régimen de excepción para gobernar por decreto, pero sus órdenes fueron desacatadas por el Congreso y las Fuerzas Armadas.
Los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador; Venezuela, Nicolás Maduro; y Colombia, Gustavo Petro, responsabilizaron a las élites de Perú de “arrinconar”, en palabras de este último, a Castillo desde su llegada al poder.
Para nuestro analista político México debería aplicar la Doctrina Estrada (1) pues es poco común que un presidente mexicano siga de la política exterior de acuerdo a sus amistades y enemistades, quien le cae bien quien le cae mal.
Ciertamente en Perú hay un problema de clasismo, ese problema de una política oligárquica por usar sus propios términos, pero en este caso el expresidente Castillo violentó la Constitución y quiso hacer un golpe de Estado.
Este jueves un alto tribunal peruano dictó siete días de prisión preliminar para Castillo.
(1) La Doctrina Estrada sostiene el principio de que ningún Estado o gobierno requiere del reconocimiento de otras naciones para proclamar su soberanía. Esta Doctrina confirma también los derechos a la no intervención y a la autodeterminación de los pueblos. Fuente: CNDH México www.cndh.org.mx