La reforma para mantener al ejército en tareas de seguridad pública hasta el 2028, no llegó a buen puerto en el Senado de la República.
Cinco horas de debate y una lucha de estrategias entre la mayoría parlamentaria y la oposición, precipitaron que la reforma se fuera al congelador legislativo, al menos temporalmente.
Primero fue el bloque opositor el que, a través de una moción suspensiva, exigió regresar a comisiones el dictamen y abrir la discusión.
El coordinador de Morena, Ricardo Monreal, llamaba a la reflexión para votar a favor de la reforma.
En 18 meses tienen que regresar a los cuarteles y nadie racionalmente piensa que los cien mil soldados y marinos que están en nuestros municipios, en nuestros estados, en nuestras regiones vayan a retornar a los cuarteles, aunque es su obligación, lo harán y dejarán sólos a nuestros pueblos
La oposición vio la oportunidad de descarrilar la reforma y exigió la votación inmediata del dictamen. Ante esto, nuestra analista Alejandra Cullen opina que fue una postura mucho más fija y sólida.
Pero… creo que a Damián Zepeda le faltó oficio, le faltó o suficiente información para lanzarse al tiro desde un principio y buscar la votación lo más rápido posible y poder matar de tajo esta iniciativa.
Afirma que es una iniciativa frívola y que, así como dice el senador Ricardo Monreal, hay 18 meses para que regresen al cuartel las fuerzas armadas, entonces, ¿cuál es su prisa?
Que hagan las cosas de manera seria, que se haga una propuesta de una verdadera estrategia de Seguridad Pública y de Seguridad Civil, y desde el Ejecutivo, van a tener que ver cómo van a negociar con los militares.
Concluye afirmado que los militares están muy nerviosos porque tienen que lidiar con estar en las calles y con falta de un marco legal.