Alberto Barranco recuerda que el lunes pasado se cumplieron 10 años del pontificado de Francisco, el cardenal argentino que salió al balcón de la Plaza de San Pedro aquel 13 de marzo de 2013 después de la tradicional fumata, es decir, el humo blanco que daba cuenta de un nuevo Papa, el número 266 de la Iglesia Católica.
El embajador menciona que en ese momento era un hombre desconocido en Italia, naturalmente en Europa, y dejaría rápidamente su “huella” al aparecer sin ropajes lujosos.
“La ‘huella’ sería más profunda en los próximos días cuando el Pontífice rehúsa vivir en el Palacio Apostólico, cuando rompe el protocolo al aceptar abrazos de la gente, al salir a las calles de Roma solo y al mismo tiempo aceptar bebidas que le ofrecía la población”.
Alberto Barranco
Alberto Barranco menciona que por otra parte la “huella” todavía sería más profunda con una serie de reformas, desde el cambio de la constitución para modificar todo el gobierno de la Iglesia hasta la realización de sínodos, por ejemplo, el de la Amazonas. “Este sínodo marca un hito en la Iglesia en virtud que el Papa se compromete a cuestiones ecológicas, del cuidado del medio ambiente”.
El embajador en el Vaticano también señala que el Papa haría otros pronunciamientos de carácter mundano, como por ejemplo, decirle a la feligresía que se acerque más a la Iglesia con un espíritu de humildad, el pedirle a los gobiernos que se alejen del armamentismo, el pedirle a los gobiernos que dejen la guerra, el pedirle también a los obispos que conozcan por su nombre a cada uno de los feligreses.
“Pedirle a la Iglesia que salga a las periferias, que se reúna con la gente, que no se mantenga dentro de los claustros de las iglesias o dentro de los palacios arzobispales”.
Alberto Barranco
El Papa de la polémica
Pero así como es el Papa de la globalización, es el de la polémica, reflexiona Barranco, al señalar que la autoridad moral que tiene se le critica por dos medios:
- 1. Cuando decide ser prudente en un conflicto se considerada que es tibio.
- 2. Cuando interviene en un conflicto se le considera que es parcial.
Además, al mismo tiempo, cuando las medidas que se toman no son radicales para dar un viraje en las cuestiones de intransigencia de la Iglesia, se le considera que es tibio, al mismo tiempo, cuando las medidas son más o menos audaces se le considera que está cometiendo imprudencias.
“Finalmente el Papa, al que la gente conoce, al que gente sigue, el Papa de la humildad, el de la misericordia, el que aterrizó la catequesis al ras del suelo, el de la esperanza; todo en uno solo”.
Alberto Barranco