El embajador de México en el Vaticano, Alberto Barranco dice que sigue “firme el dedo en el renglón ante la certeza de que la herida sigue abierta”, refiriéndose a los casos de abuso sexual por parte de miembros de la Iglesia Católica.
Y es que, según Barranco, “el Papa Francisco ha publicado un decreto bajo su propia potestad en el que se amplían y se endurece el ámbito punitivo, en relación con abusos de carácter sexual cometidos por integrantes de la Iglesia”.
El documento, dice el representante mexicano, “reitera la obligación de los obispos, no solamente de procesar en forma canónica, es decir de acuerdo con la ley de la Iglesia, a los que sean presuntos responsables, sino también de dar parte a la autoridad de carácter civil”.
“Se trata de un documento en el cual se incluyen dos partes que a juicio de la Iglesia son más vulnerables: uno los niños y otro los adultos vulnerables, aquellos que tengan problemas de discapacidad o de carácter motriz”.
Alberto Barranco, embajador de México en el Vaticano
“En este caso también se incluyen como delitos el inducir a una persona hacia la comisión de un acto pornográfico o bien, obstaculizar o tratar de esquivar una investigación ya sea de carácter canónico o civil”, asegura el canciller.
Además, Alberto Barranco señala que “llama la atención que el ámbito de presunto responsable se amplía no solamente a cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, sino también, a miembros de institutos de vida religiosa, como los llamados consagrados y aún aquellos laicos que sean presidentes o representantes de organizaciones católicas a nivel internacional”.
“También se exige que la Iglesia una vez conocido el caso y una vez que se ha dado la responsabilidad, tiene que acoger, acompañar, dar atención médica y psicológica a las presuntas víctimas”.
Alberto Barranco, embajador de México en el Vaticano
Alberto Barranco concluye que “estamos hablando de un escenario en donde el Papa Francisco desde su llegada ha estado insistente en el tema”. Sobre todo porque “acaba de recibir una carta del presidente de Bolivia en el que le remite justamente acusaciones de este tipo, y a la que respondió de inmediato bajo la promesa de cero tolerancia”.
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