El embajador de México en el Vaticano, Alberto Barranco utiliza su videocolumna del día de hoy para reflexionar sobre el estado actual del planeta a propósito del Día Mundial de la Madre Tierra, que se celebra cada 22 de abril desde 1970, por instrucción de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Para nuestro colaborador, el Día de la Tierra “se trata de un recordatorio para decirnos que efectivamente ‘la madre requiere cuidados’, que ‘la madre puede ser destruida por sus propios hijos’, que ‘la madre está dando un grito de auxilio’ frente a la situación en que la hemos colocado los seres humanos”.
De acuerdo con Barranco, el deterioro en el planeta azul se debe “a veces al avance de la tecnología y otras veces el avance la producción”.
“Hay minas, hay incendios forestales, hay peligro de deshielo como se dijo en la primera conferencia que se realizó en el año de 1972 para analizar la situación internacional en materia de equilibrio del medio ambiente”.
Sobre esto, el también periodista destaca un hecho que califica de “inaudito”, ocurrido durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19.
“Ahora que vivimos la pandemia, resulta que especies que tenían años de no pararse en esos lugares de pronto salieron, las gaviotas de las playas se fueron a las ciudades, llegaron peces que estaban en lo profundo del océano a los lugares cercanos a la playa, patos que de pronto llegaron a los lagos artificiales e incluso a las fuentes”.
Alberto Barranco concluye que “la madre Tierra reclama algo más que tenga un recuerdo año con año, reclama que le demos un cuidado especial”.
“No se trata solamente de, como dice un adagio chino, ‘de una herencia de nuestros padres’, sino que la Madre Tierra es una factura que le debemos a nuestros hijos”.