Boris se había convertido en toda una sensación en Rusia después de que fuera presentado como un robot capaz de hablar y bailar, en una feria de tecnología y en la televisión estatal, hasta que se reveló que el humanoide era en realidad un fraude y sólo podía tener movimiento porque se encontraba un hombre en su interior.
El robot había sido la estrella de la feria Proyektoria Technology Forum, un evento auspiciado por el Gobierno de Rusia, pero una vez que se supo la verdad sobre su funcionamiento se desató un escándalo mediático que tuvo alcances internacionales.
Las primeras sospechas que giraron en torno a la funcionalidad de Boris ocurrieron cuando las personas que pudieron estar cerca de él comenzaron a hacerse algunas preguntas que pusieron en duda su autenticidad. Incluso, en la pagina rusa TJournal, un grupo de periodistas formuló varios cuestionamientos:
- ¿Por qué el robot no tenía sensores?
- ¿Cómo los científicos lo construyeron tan rápidamente, sin que hubiera un proyecto conocido con anterioridad?
- ¿Por qué no había una cobertura en internet sobre la creación de un robot tan avanzado?
- ¿Por qué el robot hacía movimientos innecesarios al bailar?
- ¿Por qué parecía que un ser humano podía caber perfectamente en su interior?
La verdad salió a la luz
La respuesta a tantas preguntas fue la filtración de una fotografía por parte de una agencia de noticias local que exhibió al actor con el traje y fue tomada momentos antes de que el robot se presentara en la feria tecnológica.
El disfraz de robot tiene un valor de 3,755 dólares y fue fabricado por la empresa Show Robots.
Los organizadores de la feria dirigida a jóvenes aclararon que nunca dijeron que el robot era real, desvinculándose de la cobertura que se le dio en la televisión, en donde sí lo presentaron como tal.
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