¿Sabes cuanta azúcar tiene un jugo o un refresco? Tal vez no. Y es que a pesar de que la mayoría de los productos que consumimos día con día te ofrecen información nutrimental para que sepas qué es lo que estás consumiendo, ésta es poco clara.
Por ello, y ante las demoledores cifras que señalan que siete de cada diez adultos y uno de cada tres niños y adolescentes tienen sobrepeso u obesidad en México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016, se expuso la necesidad de tener etiquetados claros en la comida.
De acuerdo con la organización Etiquetados Claros, los productos se deben rotular cuando superen los límites establecidos para calorías, azúcares, grasas saturadas y sodio, y los sellos de advertencia deben presentarse en la parte frontal del producto.
Es decir, cuando contengan niveles que puedan repercutir en la salud, deben tener:
- Alto en azucares
- Alto en grasas saturadas
- Alto en sodio
- Alto en calorías
Y con ello, proporcionar a los consumidores información que les facilite entender los valores nutricionales de cada alimento o bebida.
Además de estar basado en evidencia científica, y recomendaciones internacionales y nacionales de salud libres de conflicto de interés.
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Etiquetados engañosos
Las etiquetas parecen un acertijo que ni estudiantes de nutrición son capaces de descifrar a simple vista, pues de acuerdo con la asociación para saber la cantidad de azúcar, sodio, grasas o calorías que se ingieren es necesario recurrir a operaciones matemáticas.
Además, acusa que la industria muestra valores de una porción menor a la que se muestra en su empaque para que el producto parezca saludable.
Países que lograron etiquetados claros
La tarde de este martes, la Cámara de Diputados aprobó casi de manera unánime la reforma para obligar a las empresas a poner etiquetas que señalen, de manera entendible, los niveles de azúcar, grasas saturadas y sodio en los productos. Ahora, pasó al Senado de la República para su discusión.
Sin embargo, nuestro país no es el primero que legisla en la materia, pues en 2016 Chile implementó un etiquetado frontal de advertencia.
En junio de este año, Perú obligó poner octágonos rojos de alerta a los productos que superen los límites establecidos.
Mientras que Uruguay ordenó que para el primer trimestre de 2020 la industria de alimentos y bebidas deberán tener información nutrimental clara.