Una serie de robots se han hecho virales en los últimos días por la labor social que realizan en un asilo de ancianos en Francia.
Según el periódico Times, cuando los robots tipo Zora llegaron al centro geriátrico Jouarre, algo extraño comenzó a pasar: muchos pacientes sintieron un vínculo emocional con el robot y lo trataban como a un bebé. Lo cargaban, lo arrullaban y besaban su cabeza.
De acuerdo con un experimento social, científicos buscaban comprobar que la participación de los robots ayudaría en el comportamiento de la gente mayor y crearía un vínculo emocional que los ayude a tratar sus males.
Después de varios días, los robots conquistaron el lugar y se apoderaron del cariño de los viejitos. Con el pasar del tiempo y ante la cercanía que tenían con la población del centro geriátrico, empezaron a tener un lazo con los pacientes y crear nuevas interacciones entre los residentes.
Según los líderes de este proyecto, los robots pueden hacer tareas repetitivas como bailar y enseñar gimnasia, además de "escuchar a los ancianos por largas horas", sin agotarse, labor que ha ayudado a facilitar la tarea del equipo humano que se encarga de sus cuidados.
- Tras el éxito de este experimento, se espera que se lleve a nuevos sitios. Los precios de estos robots son de alrededor de 15 mil euros.