De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire representa un importante riesgo medioambiental y por ende de salud. Sin embargo, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Pekín y del Instituto Internacional sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) asegura que la contaminación puede afectar las capacidades cognitivas de los individuos.
Los expertos analizaron los resultados de casi 32 mil pruebas cognitivas, aplicadas a personas mayores de 10 años entre los años 2010 y 2014 en China, contra su exposición a corto y largo plazo a la contaminación, la cual se midió utilizando datos sobre la calidad del aire.
Se encontró que una mayor exposición al aire sucio tiene un mayor impacto en las habilidades mentales de los individuos; provocando una reducción significativa, principalmente en las capacidades verbales y matemáticas.
De acuerdo con los investigadores, el daño que provoca la contaminación del aire no se reduce solamente a padecimientos como accidentes cerebrovasculares, cánceres de pulmón y neumopatías crónicas y agudas, como el asma, sino que tiene efectos en el envejecimiento del cerebro.
Las afectaciones que puede tener el cerebro por la contaminación también implican, según los expertos, un costo económico considerable, ya que comprometen las capacidades de respuesta y decisión de los sujetos.
El aire contaminado es un factor de riesgo potencial para desarrollar Alzheimer u otras demencias.
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¿Quiénes son los más impactados?
Si bien los daños que puede provocar la contaminación afectan a la población mundial, el estudio resalta que las naciones en desarrollo podrían ser las más afectadas, ya que el smog estaría obstaculizando el desarrollo económico de los países, al afectar el progreso del capital humano.
De esta manera, los investigadores creen que la contaminación atmosférica afectaría indirectamente el bienestar social de las personas.
¿Qué pasa con la contaminación?
De acuerdo con la OMS, nueve de cada 10 personas en el planeta respiran aire que contiene un alto nivel de contaminación, y hasta 2016, el 91% de la población vivía en lugares donde no se respetaban las directrices de la OMS sobre la calidad el aire.
Hasta 2016, la contaminación atmosférica en las ciudades y zonas rurales de todo el mundo provoca, cada año, más de cuatro millones de defunciones prematuras. De esas defunciones, el 91% se producen en países de bajos y medianos ingresos, y las mayores tasas de morbilidad se registran en las regiones de Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental.
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