Investigadores estadounidenses descubrieron que los poderosos huracanes que azotan el océano pueden inyectar a las olas energía tan intensa como para golpear el fondo marino y producir un nuevo tipo de terremoto, un fenómeno geofísico hasta ahora desconocido.
El hallazgo de este fenómeno bautizado como stormquakes fue accidental por parte de un equipo de científicos que desarrollaba métodos para identificar y estudiar terremotos de baja frecuencia, y aunque no ha sido estudiado se presume que no representan ningún tipo de riesgo.
Cómo descubrieron la relación con los huracanes
En un artículo sobre el descubrimiento, publicado esta semana en la revista especializada Geophysical Research Letters, los investigadores aseguran que se trata de un tipo de interacción entre la atmósfera, el océano y la corteza terrestre.
Explican que a diferencia de los terremotos que se desencadenan por el desplazamiento del subsuelo dentro de la Tierra sólida, la fuerza impulsora detrás de estas señales sísmicas son las olas oceánicas que han sido impulsadas por los huracanes en el mar.
Estos stormquakes pueden alcanzar magnitudes de 3.5 grados en la escala Richter, un nivel apenas perceptible para las personas pero detectable por los sismógrafos, precisa Wenyuan Fan, investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra, el Océano y la Atmósfera de la Universidad Estatal de Florida.
Descubrimos que grandes huracanes generan fuertes olas oceánicas de periodo largo que pueden interactuar con las características de los fondos marinos poco profundos ubicados cerca del borde de las plataformas continentales conocidas como bancos oceánicos. Wenyuan Fan, investigador del estudio
Además, señaló que esas interacciones producen fuentes sísmicas con magnitudes de sismos que pueden ser de 3.5 grados. Estos terremotos pueden registrarse en todo el continente de América del Norte; por lo tanto, estos sismos pueden proporcionar información útil para investigar la estructura de la Tierra y la dinámica de las olas oceánicas con los huracanes que se forman.