Un grupo de científicos de Australia descubrió una criatura que podría ser el ancestro evolutivo de la mayoría de los animales que viven hoy, incluidos los seres humanos. Se trata una especie similar a un gusano, pero de proporciones pequeñas, incluso más pequeña que un grano de arroz.
Los investigadores explicaron que la criatura, que podría ser el ancestro evolutivo de las especies como las conocemos ahora, hurgaba el fondo marino en busca de alimentos como materia orgánica muerta hace unos 555 millones de años.
Los expertos en fósiles bautizaron a esta criatura, que podría ser el ancestro evolutivo, como Ikaria wariootia, que significa "punto de reunión" en un idioma indígena australiano, y se ha convertido en uno de los animales primordiales más importantes jamás hallados.
De acuerdo con los especialistas,esta criatura formaría parte del grupo animal llamado bilaterales.
(Son) organismos con dos lados simétricos, parte frontal y trasera, boca y ano y un intestino que los conecta y procesa la comida", Scott Evans, paleontólogo y líder del estudio.
El también miembro del Museo Nacional de Historia Natural de Washington, del Instituto Smithsoniano, destacó la aparición de esta criatura durante el periodo Ediacárico, un momento fundamental en la evolución de la vida en la Tierra.
Esta criatura que podría ser el ancestro evolutivo marcó el camino para la llegada de otros animales del mismo grupo, tales como peces, anfibios, reptiles, pájaros, mamíferos, estrellas de mar, moluscos, insectos y más.
Los investigadores identificaron fósiles que mostraban el exterior del cuerpo de 118 ejemplares de Ikaria usando una sofisticada tecnología de escaneo gracias a una subvención de la NASA.
Los fósiles fueron asociados con miles de madrigueras halladas previamente en el estado de Australia Meridional. Y se estima que esta criatura que podría ser el ancestro evolutivo vivió junto a otro animal primitivo de importancia científica llamado Dickinsonia, que era mucho más grande y se parecía vagamente a un nenúfar, pero no era bilateral y se le considera un "callejón sin salida" evolutivo.
Jim Gehling, del Museo de Australia Meridional y coautor del estudio, indicó que la Ikaria usaba músculos para impulsarse a través del sedimento en un ambiente marino poco profundo para buscar nutrientes en forma de materia orgánica muerta, incluidos cadáveres de Dickinsonia.