Dos nuevas investigaciones, publicadas recientemente en la revista Environment International, revelaron cómo los desechos plásticos (envolturas de alimentos, instrumentos de pesca, entre otros) continúan llegando a las islas subantárticas.
Estos hallazgos incluyen estudios de algunos de los conjuntos de datos continuos más amplios del mundo sobre plásticos ingeridos por aves marinas y arrastrados a las playas, y una visión de dónde se origina este material. También destacan la prevalencia continua de plástico en las regiones polares, su impacto en el medio ambiente y en los animales que habitan estas áreas.
Los científicos del British Antarctic Survey (BAS), institución nacional del Reino Unido dedicada a la investigación de la Antártida, recolectaron sistemáticamente los desechos marinos arrastrados en las playas de Bird Island y Signy Island durante tres décadas.
- Los resultados revelan un aumento en la cantidad de escombros recogidos; se recuperaron más de diez mil artículos, la mayoría de los cuales eran de plástico.
La autora principal, Claire Waluda, ecóloga marina de BAS, precisó que si bien encontraron un aumento en la cantidad de desechos plásticos varados, "encuestas recientes han mostrado un número creciente de piezas más pequeñas. Esto podría deberse a la descomposición de piezas de plástico más grandes que han estado en el Océano Austral durante mucho tiempo".
"No todo son malas noticias. Con la cantidad de plástico recuperada en las playas que alcanzó su punto máximo en la década de 1990, nuestro estudio sugiere que las medidas para restringir la cantidad de escombros que ingresan al Océano Austral han tenido éxito, al menos en parte. Pero aún queda mucho por hacer", agregó.
Una segunda investigación dirigida por BAS utilizó a las aves marinas como centinelas de la contaminación plástica, debido a su tendencia natural a consumir artículos no digeribles como el plástico, que confunden con presas naturales.
El BAS detalló que durante 30 años, los investigadores observaron la variación en la ingestión de este material por tres especies de albatros, incluido el albatros errante y los petreles gigantes en Bird Island.
"La pesca y otras embarcaciones contribuyen de manera importante a la contaminación plástica. Está claro que los plásticos marinos son una amenaza para las aves y otros animales salvajes y se necesita hacer más para mejorar las prácticas de gestión de residuos y el monitoreo del cumplimiento tanto en tierra como en embarcaciones en el Atlántico Sur", comentó Richard Phillips, autor principal y ecologista de aves marinas.