Las medidas de aislamiento que se han tomado en diversos países para evitar la propagación del coronavirus, ha provocado que se reduzca lo que los geólogos llaman el "ruido sísmico" generado por los humanos, es decir, las vibraciones que las actividades diarias causan sobre la corteza terrestre.
Las mediciones muestran que desde que se empezaron a aplicar las medidas de confinamiento, el ruido sísmico generado por los humanos se ha reducido cerca de un tercio.
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¿Qué encontraron los geólogos?
El fenómeno lo registró Thomas Lecocq, sismólogo del Observatorio Real de Bélgica, quien asoció el ruido sísmico con el salto que hacen varias personas en un colchón al mismo tiempo y después todas se detienen.
Desde hace tres semanas, cuando se implementaron las medidas de confinamiento, Lecocq comenzó a notar que sus instrumentos marcaban una drástica disminución de las vibraciones.
Todo está calmado y las estaciones sísmicas también sienten esa tranquilidad", dijo Lecocq en una entrevista con la BBC.
El sismólogo notó el efecto en Bruselas, pero desde que publicó sus mediciones, comenzó a recibir reportes de que algo similar está ocurriendo en varias partes del mundo.
Después de que Lecocq compartiera sus mediciones, otros expertos de lugares como Zurich, Londres, París y Los Ángeles también reportaron reducciones del ruido sísmico. Lecocq afirma que también ha recibido reporte similares desde Japón, Italia,Costa Rica y Chile.
"Las estaciones sísmicas muestran que la gente de verdad está en casa y está haciendo vibrar menos la Tierra", dice el sismólogo.
La corteza terrestre tiene una mejora
La disminución del ruido sísmico es una buena noticia para los sismólogos. De acuerdo con Lecocq, como hay más silencio y quietud los dispositivos sísmicos se vuelven más sensibles y pueden detectar otros movimientos que antes les llegaban con una señal menos nítida.
"Podemos notar más sismos pequeños y mejorar los estudios de la corteza, porque hay menos ruido y la calidad de la señal es mejor", dice Lecocq.