Debido a la situación de contingencia que atraviesa el mundo por el coronavirus, la mitad de la humanidad se encuentra obligada en estos momentos a confinarse en sus casas a fin de evitar un número mayor de contagios sin embargo, pese a esto, el COVID-19 ha avanzado a pasos agigantados al enfermar a gente de los cinco continentes del mundo.
- Desde el comienzo de la epidemia se contabilizaron más de un millón 206 mil 480 casos de contagio en 190 países.
Máscaras para trabajadores de la salud
Los dos tipos más comunes de máscaras respiratorias son la N-95 o la FFPD2 con protección bidireccional que filtra el aire inhalado y exhalado por el usuario. Estas máscaras pueden filtrar al menos el 94 por ciento de partículas muy pequeñas, del tamaño de 0.3 micras, incluyendo bacterias y virus.
Ambas máscaras, reducen la exposición del usuario tanto a las micropartículas como a las gotas de saliva o secreciones de las vías respiratorias superiores.
Si la máscara se ajusta correctamente, la fuga alrededor de los bordes cuando el usuario respira es mínima, la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda su uso para los trabajadores de la salud.
La máscara quirúrgica
La otra protección es la máscara quirúrgica, cuyo uso es recomendado por las autoridades sanitarias a cualquier persona enferma, evita que las gotas o secreciones sean expulsadas sobre otras personas sanas.
Esta máscara respiratoria, a veces tiende a ajustarse mal causando fugas durante la respiración y una vez ajustada correctamente no se debe tocar para evitar una posible contaminación accidental.
- Las mascarillas deben cambiarse regularmente cada cuatro o cinco horas y luego de ser usadas, deben desecharse adecuadamente en la basura y los usuarios deben lavarse las manos con agua y jabón o con un gel desinfectante por el COVID-19.