El 60% de las mujeres de 60 años y 12% de 80 proporcionan cuidados infantiles regulares y no remunerados para nietos y también forman parte de la generación del sándwich: atienden a algún adulto enfermo, discapacitado o frágil, provocando sobrecarga de responsabilidades y desgaste físico, sobre todo en las abuelas.
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Un estudio de las universidades Queensland, Australia, y Newcastle, Reino Unido, arrojó que el trabajo realizado por las abuelas no es reconocido y que, aparte de estas tareas, las féminas poseen compromisos laborales, lo que aumenta las probabilidades de verse rebasadas.
Las estimaciones de impacto económico definen el cuidado informal como cuidar a enfermos, discapacitados o frágiles y no incluyen el cuidado de niños. Mujeres mayores en sus setenta y ochenta años pueden brindar atención mientras que también necesitan atención y asistencia.
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