En una planta de manufacturas de un sector de Melbourne, Australia, el ingeniero Byron Kennedy está reconfigurando una máquina para que rocíe una capa de cobre en la manilla de una puerta, buscando usar las propiedades antivirales del metal para contrarrestar la amenaza de la pandemia del COVID-19.
Su compañía Spee3D es mejor conocida como un productor de impresoras 3D que funcionan con cobre y aluminio, utilizadas por clientes como las fuerzas de defensa de Australia y los Marines de Estados Unidos para imprimir partes nuevas y reparar equipos dañados sin tener que esperar días por los repuestos.
- Kennedy, uno de los fundadores de Spee3D, dijo en entrevista:
Hasta fines del año pasado, nuestro negocio era construir impresoras 3D, que luego se usaban para hacer partes. Llega 2020 y se presenta la epidemia. Nosotros sabemos de las propiedades antimicrobianas del cobre, así que pensamos ¿Podemos hacer algo? ¿Podemos ayudar?".
Cobre, herramienta diversa
- Los poderes desinfectantes del cobre han sido conocidos por largo tiempo.
- Sus propiedades antibacterianas, antivirales y antimicóticas han sido respaldadas por estudios.
- Spee3D encargó al laboratorio 360biolabs de Melbourne que revisara cómo reacciona al COVID-19.
Los resultados mostraron que un 96% de los virus murieron en dos horas y un 99.2% en cinco horas, frente a una variación nula en el mismo período de tiempo en superficies de acero inoxidable. Eso está en línea con un estudio financiado por el gobierno de Estados Unidos publicado en marzo que mostró que el COVID-19 seguía siendo viable por hasta cuatro horas en el cobre.
Spee3D luego reacondicionó algunas de sus máquinas para que pudieran recubrir superficies como manillas de puertas y placas, y ya ha recibido órdenes de departamentos del gobierno de Australia para recubrir manillas de oficinas antes de que el personal vuelva al trabajo.