Desde 2015, integrantes del cártel de la Familia Michoacana acosan a los trabajadores de refinerías de petróleo del país para obtener información de cuándo se bombean los combustibles y a través de qué ductos.
Persiguen, secuestran o golpean, la técnica varia, pero el objetivo el mismo: robar combustible de las refinerías operadas por Petroleos Mexicanos (Pemex).
El robo de combustible se está convirtiendo en uno de los dilemas económicos y de seguridad más acuciantes de México, que socava más de mil millones de dólares en ingresos anuales del Estado, aterroriza a empleados y frena la inversión privada en refinerías que el Gobierno esperaba que estuvieran prosperando con capital extranjero.
Debido a la campaña del Gobierno contra los narcotraficantes en los últimos años, los cárteles de la droga mexicanos se han fragmentado y están sedientos de nuevas fuentes de ingresos. Ahora, su papel cada vez más dominante como ladrones de combustible enfrenta cara a cara a dos de los negocios más grandes en el país:
- Drogas
- Petróleo
Los cárteles, que el Gobierno estima generan más de 21 mil millones de dólares al año, son una amenaza creciente para Pemex, que en 2016 tuvo ingresos cercanos a 52 mil millones de dólares y genera casi una quinta parte de los del Gobierno.
El negocio es más rentable que el tráfico de drogas porque implica menos riesgo. No tienes que arriesgarte a cruzar la frontera para buscar un mercado. Todos consumimos gasolina. No todos consumimos drogas. Georgina Trujillo, diputada que lidera la comisión de energía de la cámara baja
El robo de combustible no es nuevo o exclusivo de México. Sin embargo, los cárteles lo están llevando a una preocupante nueva dimensión y, en el proceso, aumentando sus ganancias.
Logran acceso a centros neurálgicos
Al enfocarse en las refinerías, que ya sufren de falta de inversión, los delincuentes más notorios de México logran acceso a centros neurálgicos responsables de gran parte del suministro de combustible del país.
Eso amenaza a una industria petrolera que representa alrededor del 8 por ciento de la economía de México y crea aún más incertidumbre para un país que enfrenta las amenazas de Estados Unidos de desmantelar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Es un daño al patrimonio nacional, es un daño a la seguridad nacional, es un inhibidor a la reforma y el desarrollo del mercado de energía en México. Gustavo Mohar, un exfuncionario mexicano del sector de energía y de inteligencia
Las pérdidas&
Según la agencia Reuters, en conjunto, las refinerías han acumulado pérdidas operativas anuales de cinco mil millones de dólares en los últimos años. Mientras tanto, la producción de refinados ha caído a poco más de 700 mil barriles por día en 2017, cerca de la mitad de los niveles de producción de las refinerías en su pico de 1994.
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