Uno de los vínculos que tenía con Petróleos Mexicanos (Pemex) y por los que se le acusa a Emilio Lozoya, detenido este martes en Málaga, España, es la compra de la empresa Agro Nitrogenados y Fertinal.
Todo parte de la decisión del gobierno de Enrique Peña Nieto, en 2014, de comprar Agro Nitrogenados y Fertinal por un monto de 11 mil millones de pesos.
En ese momento la petrolera, bajo la dirección de Emilio Lozoya, quien antes de dirigir Pemex formó parte del equipo de campaña de Peña Nieto, justificó la compra de ambas empresas vendiendo la idea de que ayudarían a reactivar la industria nacional de fertilizantes.
Conforme avanzó el tiempo, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) reveló que esas adquisiciones habían sido un fiasco. Y no solo eso, sino que además la compra de Agro Nitrogenados era parte de un triángulo de transferencia de recursos a empresas fantasmas, utilizadas por Odebrecht para su esquema de sobornos.
Según especialistas, Agro Nitrogenados era una planta "chatarra" que había dejado de operarse por más de 14 años, lo que disminuía su valor y vida útil. Aun así, Pemex le destinó unos 475 millones de dólares, para comprar los activos y rehabilitarla.
Ante ello, se dio a conocer que en 2016, las pérdidas de Pemex Fertilizantes fueron 2.800% superiores a las del año anterior. Además, la producción de fertilizantes no aumentó, sino al contrario, se redujo 4% de 2014 a 2016.
Ya en 2018, la Auditoría Superior de la Federación, en su análisis de la cuenta pública, confirmó que la iniciativa de Pemex para "reactivar" la industria nacional de fertilizantes había resultado un fracaso.
"Pemex adquirió un negocio que no era rentable, en condiciones desfavorables, con costos de reparación irrecuperables y bajo supuestas sinergias que no se han alcanzado", concluyó la ASF.
Con estos antecedentes, Lozoya fue citado a declarar por la PGR en 2018, y desde entonces ha estado involucrado en un proceso judicial, que continuó ya con el nuevo gobierno, de Andrés Manuel López Obrador.