El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Santiago Nieto Castillo, informó este martes en conferencia de prensa sobre el bloqueo de las cuentas bancarias de 330 personas físicas y morales vinculadas con operaciones ilícitas al Cártel de Sinaloa.
El jefe de la UIF destacó que el rastreo de estas operaciones derivó de la coordinación del gabinete de seguridad a través de aquellas sesiones que sostiene semanalmente con las secretarías de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Defensa Nacional (Sedena) y Marina (Semar). En entrevista, Nieto Castillo comentó:
Generamos un bloqueo de las cuentas (bancarias) de 330 personas físicas y morales presuntamente relacionadas al Cártel de Sinaloa, en donde la construcción del listado se relacionó con la información que venía de todas las áreas de inteligencia.
Van por más células delictivas
Al ofrecer una conferencia en El Colegio de México (Colmex), detalló que a nivel financiero se sigue la pista de dos organizaciones criminales con operaciones supranacionales: el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La delincuencia organizada ya es supranacional, entonces en la UIF de la SHCP necesitamos generar mecanismos supranacionales y de coordinación nacional evidentemente para combatirla. Santiago Nieto Castillo, jefe de la UIF.
El Cártel de Sinaloa y CJNG concentran gran parte de los montos congelados al crimen organizado: cerca de mil millones de pesos, detalló el titular de la UIF.
Del número total de los bloqueos en temas de narcotráfico, le estamos pegando alrededor de los mil millones (de pesos) congelados, (lo que se traduce como) la quinta parte del bloqueo total, (porque) tenemos más de cinco mil millones congelados.
Gobierno federal vs. crimen organizado
El titular de la UIF indicó que las cuentas bloqueadas se traducen como un éxito para la estrategia de paz del Gobierno federal, ya que los grupos criminales no se combaten con guerra, sino a través de su estructura financiera. El objetivo es menguar la capacidad de adquisición de células delictivas.