La historia de Karla, víctima de explotación sexual

Tenancingo es conocido como la "cuna de los padrotes". Foto: Internet

Tlaxcala es la entidad donde convergen mayoritariamente los flujos y captaciones de tráfico de personas, según datos de la organización Hispanics in Philanthropy. Ahí, las víctimas proceden de 16 estados de la República y de 35 municipios del mismo estado.

  • Sin embargo, esta violencia se extiende por todo México y se puede dividir por regiones.

La trata de personas está definida como "la captación, el transporte, el traslado, la acogida o recepción de una o más personas con fines de explotación, siempre y cuando se recurra a la coerción, fraude, engaño, abuso de poder, abuso de una situación de vulnerabilidad o concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra", según Hispanics in Philanthropy.

La siguiente es quizá una historia que se reproduce constantemente en cada víctima.

Karla Jacinto es una joven de 25 años que fue obligada a prostituirse de los 12 a los 16 años. Y Mario fue su proxeneta, él recurrió a esta actividad ilícita durante 10 años. 

Una promesa de "amor"

Karla fue enganchada por Mario en la Ciudad de México. Quien sería su explotador, se le acercó haciéndose pasar por un joven con quien compartía sueños y una vida difícil. Luego, se casaron y se fueron a vivir a Tlaxcala, cerca de Tenancingo, conocido como la "cuna de los padrotes", donde los niños sueñan con ser proxenetas.

Durante tres meses, todo era un "sueño", Karla paseaba en autos de lujo y convivía con los dueños de enormes casas. Luego, todo cambió de repente. El primer día que su captor la obligó a prostituirse, a golpes y amenazando de muerte a su familia, debió complacer a "más de 30 hombres"; y cuando no cumplía con la cuota era golpeada, algunas veces estuvo al borde de la muerte.

"Hombres que vieron las lágrimas que me salían por los ojos. Gritaba que ya me dejaran en paz, gritaba que 'ya por favor' y cerraba los ojos". Karla, víctima de trata

Mario aprendió el oficio de proxeneta desde los 17 años cuando trabajaba limpiando en una casa de citas en la Ciudad de México. Dice que la violencia era algo usual en casa, que vio sufrir a su propia madre y por eso lo veía "natural".

"Los blancos más fáciles son chicas carentes de amor, vulnerables, y la promesa de romance eterno es la carnada". Mario, ex explotador sexual

Pronto, reclutó a otros dos hombres, a su hermano y hasta a su madre, que también fue víctima de explotadores sexuales.

La familia acabó siendo detenida en julio de 2003 y todos ellos pasaron 11 años en prisión, de donde salieron convertidos en cristianos.

El negocio de la trata

El hermano de Mario, Jesús Hidalgo, señala que llegaron a explotar a una veintena de mujeres. Cada una podía ganar hasta 7 mil pesos (377 dólares) diarios.

Con tales ingresos, poderosos proxenetas, que explotan a sus víctimas en varios estados de México, pero también en Estados Unidos y otras países, han amurallado virtualmente la ciudad de la que, según autoridades, la mayoría son nativos: Tenancingo.

Juana Camila Bautista, fiscal de Trata de Personas de la Ciudad de México, dijo que, como el narcotráfico, este delito "reditúa grandes beneficios económicos".

"Se erradican bandas pero de inmediato surge el mismo número o mayor". Juana Camila Bautista, fiscal de Trata de Personas

La fiscal agregó que es el segundo delito más lucrativo en México después del tráfico de drogas.

La ley general contra la trata de 2012 impone penas de cinco a 30 años de prisión, pero "la complicidad de las autoridades siguió siendo un grave problema", denunció el Departamento de Estado estadounidense en un informe de 2017.

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