Muchos consideran que el principal enemigo para la salud es el azúcar. Para otros, son las grasas saturadas presentes en la mayorÃa de los alimentos. ¿Pero qué te daña más: la grasa o el azúcar?
EL RIESGO DEL AZÃaCAR
- El organismo puede admitir una cantidad limitada de azúcar. En el momento que se rebasa esta cantidad, la insulina se convierte en grasa y en reserva adiposa.
- El exceso de azúcar se convierte a su vez en triglicéridos, un tipo de grasa presente en la sangre. El exceso de este tipo de grasa puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades de las arterias coronarias.
- Existen diferentes tipos de azúcares, pero el más dañino es el refinado de mesa, ya que es un alimento vacÃo y sin ningún poder nutritivo. El más "saludable" es el que está presente en la fruta.
- La gran mayorÃa de azúcar que se consume a diario en México viene de los refrescos y de los jugos.
EL RIESGO DE LA GRASA
Es importante diferenciar entre las grasas buenas y las grasas malas:
- Las grasas llamadas "malas" son las "saturadas, hidrogenadas y las trans". Vienen de las carnes animales, de los quesos, los lácteos y de los aceites hidrogenados, como las margarinas. No se trata de eliminarlas por completo de la dieta, sino de llevar un adecuado equilibrio, puesto que aportan proteÃnas y son básicas para sintetizar determinadas hormonas y vitaminas.
- Si se consumen en exceso puede aumentar el riesgo de padecer arteriosclerosis, obesidad y problemas de corazón.
- Las grasas buenas o "insaturadas" disponen de un alto contenido en omega 3 y son beneficiosas para el organismo, ya que el cuerpo se encarga de procesarlas y de obtener los nutrientes que necesita.
AZÃaCAR+GRASA
Para responder a la pregunta de ¿qué es peor: el azúcar o la grasa? investigaciones recientes indican que el problema real es combinarlas. Y la mala noticia es que esa composición es la más tentadora.
De acuerdo con un estudio publicado en Physiology & Behavior, una dieta rica en este tipo de alimentos puede producir cambios en el área del hipocampo, la zona que controla la memoria y el aprendizaje, y provocar un consumo excesivo de esos alimentos calóricos.
Esto aumenta el riesgo de padecer obesidad. También su consumo desmedido, está vinculado a un deterioro cognitivo, Alzheimer y demencias.
Además, las dietas altas en azúcar y grasa hacen ganar más peso que cuando solo uno de estos elementos es alto.