Las piñatas se hicieron para romperse pero hoy, el COVID-19 las tiene apiladas y empolvadas en las tiendas y comercios.
Iván Mena cuenta que lleva cerrado su negocio aproximadamente 2 meses y medio, sus ventas cayeron hasta un 80%.
En promedio vendíamos unas 40, 50, 45 y ahorita estamos vendiendo si acaso 10 piñatas al mes". Iván Mena
Súper héroes de papel crepé y papel de china, unicornios y estrellas hoy, como nunca antes, se entregan a domicilio pero en tamaños pequeños.
Las reuniones y los cumpleaños se celebran en familia, poca gente y pocos "dale, dale", la gente compra la piñata para no dejar pasar desapercibido el día, los piñateros ahora garantizan una entrega sanitizada.
Una tradición colorida que, ante el impacto económico por la pandemia, busca subsistir agarrándose de la creatividad mexicana, Susana Distancia, Gatell y el mismísimo Coronavirus, ya están listos para los palazos.