Una iniciativa en la Cámara de Diputados propuso este miércoles modificar la Ley Federal de Derecho de Autor para proteger los derechos colectivos de propiedad intelectual y los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas.
De esta manera, la ley protegería el uso de modelos, dibujos y diseños, innovaciones contenidas en las imágenes, figuras, símbolos, gráficos, petroglifos y otros detalles; además, los elementos culturales de su historia, música, arte y expresiones artísticas tradicionales, susceptibles de un uso comercial, a través de un sistema especial de registro, promoción y comercialización de sus derechos.
Arturo Huicochea Alanís, el diputado que lanzó la propuesta, señaló que la protección de los conocimientos y las expresiones culturales tradicionales de los pueblos indígenas es uno de los mayores problemas en todo el mundo, pues en los últimos años varias marcas internacionales, sobre todo de moda, han lucrado con sus diseños sin darles reconocimiento ni remuneración económica.
¿Apropiación cultural o inspiración?
James O. Young define en su libro "Apropiación cultural y las artes" a la apropiación cultural como "la adopción o uso de elementos culturales por parte de miembros de otra cultura". En un sentido negativo, se trata de personas ajenas a un sector de la población que utilizan sus creaciones para lucrar con ellas, sin reconocer la propiedad intelectual , o simplemente sin valorar el origen y sin tomar en cuenta las tradiciones de las que vienen, despojándolas de su significado y banalizando su uso.
Uno de los casos más sonados de apropiación cultural de productos elaborados por pueblos originarios de México fue el de la diseñadora francesa Isabel Marant, quien en 2015 plagió diseños de la comunidad mixe para incluirlos en su colección, y que entró en polémica por supuestamente buscar impedir a los habitantes del pueblo de Santa María Tlahuitoltepec, en Oaxaca, vender sus prendas patentando el diseño.
Pero el de Marant no ha sido el único. En 2017, la cadena de tiendas española Mango fue señalada por la jalisciense Erandi Sánchez, quien denunció en Twitter que la empresa transnacional plagió los coloridos bordados de la comunidad indígena de Tenango para estamparlos en un suéter de su colección de verano.
En abril de este año, la marca francesa Dior fue acusada de robarse diseños huicholes para su colección de primavera, a lo que la marca sólo dijo haberse "inspirado en México", situación que usuarios en redes sociales cuestionaron.
Lo más grave de estos casos, señalan asociaciones civiles como Impacto, dedicadas al tema y a reducir la pobreza, es que las comunidades indígenas no reciben remuneración alguna ni pagos de regalías por sus diseños, situación que se vulnera aún más si no cuentan con el respaldo y reconocimiento de la ley.
Por ello, la iniciativa pretende proteger la propiedad intelectual colectiva de los pueblos originarios, y así evitar que personas o marcas ajenas a ellos lucren con sus creaciones.
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