Arqueólogos mexicanos encontraron un pasillo subterráneo en el Templo Mayor, que al parecer conduce a dos cámaras cerradas, en el más reciente esfuerzo por hallar la tumba de un gobernante azteca, indicó el jefe de la investigación.
Los aztecas, según versiones de los especialistas, incineraban los restos de sus líderes durante su gobierno de 1325 a 1521, pero nunca se ha hallado el depósito de las cenizas.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó el lunes que el equipo, liderado por el arqueólogo Leonardo López Luján, descubrió un pasaje de unos 8.4 metros de largo, que conduce al centro de una plataforma circular donde se cree que los restos de los gobernantes aztecas eran cremados.
Fue un investigador quien detectó indicios de un pasillo que parecía conducir más profundamente al interior de la plataforma ceremonial conocida como el Cuauhxicalco, donde las narraciones escritas posteriores a la conquista española de 1521 indican que los restos de los gobernantes eran quemados.