En este contexto sociopolítico, en el que acaban de celebrarse el primero de julio "las votaciones más importantes de la historia de México", y en el que concluye el último año de mandato de la actual administración federal, se vuelve a hablar de aquella famosa frase que dice:
Éste es el año de Hidalgo y c#!=gue su madre quien deje algo .
La anterior, surgió durante los gobiernos de los 70 y 80 y se refiere a que durante el último año de gestión (o meses), los funcionarios públicos o políticos de las altas esferas del poder deben gastarse (o llevarse) todo lo que más puedan... o al menos eso es lo que cuenta la leyenda.
La práctica es más común cuando hay transición, consideran analistas, es decir, cuando el partido político entrante es diferente al que ostenta el poder político.
El famoso "año de Hidalgo" también ha sido trasladado al Congreso de la Unión, donde se lleva a cabo la práctica.
Es tan conocida esta práctica ilegal que, a propósito, la jefa de Gobierno electa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, en mayo pasado, antes de las votaciones del pasado primero de julio, llamó a los trabajadores de la administración capitalina a evitar que la administración saliente haga su "año de Hidalgo".
Les pidió que cuiden el patrimonio de la ciudad y no permitan que haya un saqueo y dejen las arcas públicas vacías.
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