Las altas temperaturas registradas últimamente en zonas urbanas de México se deben al aumento en la frecuencia de eventos de El Niño y el crecimiento del asfalto citadino que originan formación de islas térmicas o de calor, porque ese material absorbe más radiación que otros recubrimientos.
Así lo explicaron Paulina Ordoñez Pérez y Elda Luyando López, investigadoras del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes explicaron que lo que ha cambiado no es la temperatura, sino las olas de calor en zonas urbanas del país.
¿Qué es El Niño?
Se trata de un patrón climático que implica cambios en la temperatura de las aguas en la parte central y oriental del Pacífico tropical que puede tener una fuerte influencia sobre el clima en los otras partes del mundo.
Las expertas aseveraron que el cambio climático es clave para las variaciones de la temperatura, aunque no es la única razón.
Hoy, lo que tenemos es un anticiclón en la tropósfera media y media baja, que cubre buena parte del territorio nacional, lo que propicia las condiciones ideales para que ocurra una ola de calor, fenómeno que hace que el aire sea muy estable, cálido y seco, y ocasiona poca cobertura nubosa. Paulina Ordoñez Pérez, científica de la UNAM.
Las olas de calor se definen en función de las temperaturas normales para cada región del país, de ahí que se diga que en cada estado hay climas máximos y mínimos promedio, y cuando los más altos se rebasan durante varios días, hay una ola de calor.
Las islas térmicas
Luyando López explicó que las islas térmicas o de calor es una diferencia de temperaturas en la misma metrópoli: más elevada en el centro, especialmente en horario nocturno, debido al cúmulo de construcciones en el área.
- El calor se conserva en edificaciones y se dispersa de manera distinta en el campo, estableciendo diferencias de temperatura entre estos dos entornos.
El calentamiento urbano no ha matado a nadie, aunque sí contribuye al malestar por pérdida de confort térmico de la población e influye en actividades cotidianas como dormir, trabajar o practicar un deporte; además, se consume más agua y algunos padecimientos se pueden recrudecer.
La escasa o nula presencia de nubes aumenta probabilidades de que haya más radiación, por lo que es recomendable protegerse con el uso de bloqueadores solares, ropa de manga larga y colores claros, sombreros o gorras y lentes para el sol con filtro a radiación ultravioleta.
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