¿Tu peque hace berrinches y es maleducado? ¡Puede tener autismo!

Se declaró utilizar el color azul como símbolo de inclusión. Foto: Cuartoscuro

Este 2 de abril se celebra el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, que de acuerdo con el último reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en México 1 de cada 160 niños lo padecen; su diagnóstico tardío puede complicar su tratamiento, ya que el estereotipo formado a consecuencia de las acciones de quien lo padece,  es comúnmente visto como el berrinche de niños consentidos o maleducados.

Definido como un trastorno de neurodesarrollo, el autismo está caracterizado por alteraciones en el lenguaje y la comunicación social. Es causado por un desorden poligénico que altera la conectividad entre los dos hemisferios cerebrales

Sin embargo, no se ha determinado con exactitud la causa principal del espectro autista, ya que en muchas ocasiones se asocia con otras enfermedades como el síndrome de Angelman o  el síndrome X frágil. Dicha condición puede desarrollarse en cualquier grupo racial, étnico y social, puede prevalecer hasta la edad adulta y es cuatro veces más frecuente en niños que en niñas.

¿Cómo identificar el autismo?

Es muy común que los padres sean quienes noten cierto rezago en los hitos de desarrollo infantil de cualquier niño. Los especialistas han determinado que durante los primeros 5 años de vida es cuando se puede diagnosticar con plenitud; sin embargo, en muchos casos han logrado identificarlos en niños de hasta 6 meses.

Los afectados por autismo presentan a menudo afecciones comórbidas, como epilepsia, depresión, ansiedad y trastorno de déficit de atención e hiperactividad; el nivel intelectual varía mucho de un caso a otro, y va desde un deterioro profundo hasta casos con aptitudes cognitivas altas.

Características puntuales:

  • Evitan hacer contacto visual con la persona que le habla y carece de expresiones faciales
  • Utiliza un tono o ritmo inusual para hablar
  • No cede con facilidad a ser abrazado o acariciado
  • Se aísla en su propio mundo
  • Se concentra en realizar movimientos repetitivos, como chasquear dedos, balancearse, dar vueltas, etc.
  • Realiza actividades que ponen en peligro su integridad física, puede morderse o golpearse en la cabeza
  • Es sensible a luces artificiales y sonidos estruendosos
  • Puede mostrar indiferencia al dolor o temperatura
  • No coordina a la perfección movimientos, incluso éstos podrían ser rígidos o exagerados

El autismo no está considerado como enfermedad debido a que no tiene cura, pero con tratamiento oportuno, quien lo padece garantiza una mejor calidad de vida.

Autismo y violencia de género

Según la ONU, las niñas con esta condición tienen menos probabilidades de poder completar la escuela primaria y más posibilidades de ser marginadas, o incluso de que se les niegue el acceso a la educación y empleo.

El panorama expone más al género femenino que al masculino, ya que dicha condición se suma a las que habitualmente se enfrentan día con día como son violencia física, sexual, psicológica y económica.

Efectos sociales y económicos

Aunque algunas personas con autismo pueden vivir de manera independiente, hay otras con discapacidades graves que necesitan constante atención y apoyo durante toda su vida.

Muchas veces, dichas personas suponen una carga emocional y económica para las personas que los padecen y para sus familiares. El cuidado de casos graves puede ser exigente, especialmente cuando los servicios de salud y apoyo son inadecuados.

Pueden tener los mismos problemas de salud que afectan al resto de la población. Además, pueden ser más vulnerables a padecer enfermedades no trasmisibles crónicas debido a factores de riesgo como inactividad física o malas preferencias dietéticas, y corren mayor riesgo de sufrir violencia, lesiones y abusos.

Inclusión social: el reto

En mayo del 2014, la 57.ª Asamblea Mundial de la Salud aprobó la resolución titulada "Medidas integrales y coordinadas para gestionar los trastornos del espectro autista", que fue apoyada por más de 60 países.

La OMS y sus asociados reconocen la necesidad de fortalecer la capacidad de los países para promover una salud y un bienestar óptimos para todas las personas con autismo.

Se declaró utilizar el color azul como símbolo de inclusión; se estima que en México unos 400 edificios se iluminen de ese color.

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