Dos bengalas rojas surcaron el cielo de la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. Faltaban cinco minutos para las seis de la tarde. Era el 2 de octubre de 1968 y una multitud calculada en miles de personas, mayoritariamente estudiantes, protestaba en ese lugar. Quince minutos después, un helicóptero sobrevoló la plaza.
Desde su interior fueron arrojadas dos luces más, la orden para que el "Batallón Olimpia", un grupo paramilitar creado para garantizar la seguridad durante los Juegos Olímpicos de 1968, comenzara a atacar. Los miembros de este grupo se apostaron en edificios del complejo de Tatelolco, como el Chihuahua, desde donde abrieron fuego en contra de los manifestantes.
El gobierno de ese entonces, encabezado por Gustavo Díaz Ordaz, reportó la muerte de no más de 40 personas, pero fuentes no oficiales cifraban el número de fallecidos en centenares.
"Desgraciadamente hubo muertos, pero no centenares, tengo entendido que pasaron de 30 y no llegaron a 40, entre solados, alborotadores y curiosos", afirmó en declaraciones a la prensa el expresidente Díaz Ordaz.
Las reacciones ante el tristemente célebre acontecimiento no cejaron, incluso en la actualidad, 47 años después del hecho, los dolientes siguen clamando justicia por las víctimas.
Tras el ataque en Tlatelolco, el Premio Nobel Mexicano, Octavio Paz, entonces embajador de México en la India, renunció a su cargo, como protesta por el "masacre" registrado en la Plaza de las Tres Culturas.
"He visto noticieros internacionales, también las fotografías de los corresponsales extranjeros. Las imágenes no mienten. No puedo seguir sirviendo a un régimen de asesinos", puntualizó el escritor dos días después del ataque.
El 2 de octubre estuvo enmarcado en el Movimiento Estudiantil de 1968, cuyo periodo abarcó de julio a diciembre de ese año, aunque sus antecedentes se remiten a 1964, cuando un movimiento encabezado por médicos reclamaban mejores condiciones de trabajo.
El pliego petitorio de los estudiantes estaba conformado por seis puntos:
- Libertad a los presos políticos
- Derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal, los cuales instituían el delito de disolución:social y sirvieron de instrumento jurídico para la agresión sufrida por los estudiantes.
- Desaparición del Cuerpo de Granaderos.
- Destitución de los jefes policíacos.
- Indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto.
- Deslindamiento de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos.