El sonido de la chirimía, el estruendo de las escopetas y el olor a pólvora son parte de esta fiesta. Hace más de 80 años que en la colonia Peñón de los Baños de la Ciudad de México, se volvió una tradición escenificar la batalla de puebla cada 5 de mayo.
Con varios meses de anticipación, vecinos de las delegaciones Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero se preparan para la fiesta. Los participantes deben ir vestidos como zacapoaxtlas y franceses, bandos contrarios que se enfrentan el día de la batalla.
Ataviarlos es una tarea titánica que realiza Judith Caballero, quien continua la tradición que le heredo su madre. Mientras cose y borda los trajes cuenta a Uno TV que "es parte de lo que es la tradición (la pólvora) aunque quiera uno evitarlo no se puede, siempre cuando están las batallas suele suceder que se prende".
Las armas que se utilizan en la representación son hechas por los mismos pobladores. Gerardo Caballero lleva más de 25 años armando cañones y cuenta que "el 5 de mayo a las 7 de la mañana ya está retumbando el cerro".
Pese al color y la alegría con la que se lleva a cabo la celebración, los pobladores saben que se vive un riesgo latente por las detonaciones de las escopetas y los cañones, que han provocado amputaciones, quemaduras, sordera y hasta muertes.
Sin embargo, los accidentes no son un límite, pues aún con "heridas de guerra" los pobladores continúan la representación.
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