El cansancio de este niño, a quien llamaremos Luis, es claro. Por eso decide hacer una pausa en su rutina laboral. Después sale del vagón y se desploma.
Pero no es opcional, así que vuelve, toma su posición y continúa con su interpretación, después, camina entre los usuarios para recolectar algunas monedas.
Dos minutos más tarde, acude a entregar el dinero a esta mujer, quien dice ser su mamá. Esto sucede en la estación Garibaldi de la Línea B.
Pero la escena se repite, ahora son los hermanitos de Luis quienes entregan sus propinas, discretamente, ella voltea a ver quién la observa.
La abordamos con cámara oculta. Narra que es poblana, de origen náhuatl, con varios hijos.
Para la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), esto es un caso de trabajo infantil, algo violatorio de los derechos humanos.
Los niños y niñas que realicen actividades económicas en el espacio público requieren apoyos del Estado, porque no están ahí por voluntad o porque sea muy bonito", señala Juan Martín Pérez, director de REDIM.
Por ello acudimos a quienes tienen que hacer cumplir la ley en el Metro.
Seguimos su recomendación, fuimos con la autoridad del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, pero tampoco hubo éxito.
Nosotros por lo regular no intervenimos en eso, pero déjame comentarlo. Ahorita te marco. Déjame comentarlo con el poli, porque mira, eso se ve a diario. Mira de hecho, ya ves que los tienen dormidos, dicen que en realidad están dopados los niños", nos comentó.
Para todo lo anterior, hay un diagnóstico.
"Es lo que definimos como una omisión dolosa. Es decir saben su responsabilidad, pero voltean la mirada. Las autoridades del Metro están obligadas a coordinarse, con las Procuradurías de Protección del Sistema DIF que existen en nuestra ciudad, para buscar tener una respuesta articulada con un programa específico", explica Juan Martín Pérez.
Esto no es aislado, en México podrían ser hasta 2.5 millones de niñas y niños quienes realizan actividades económicas en la vía pública.