A medianoche se escucha la voz solitaria de un actor: es Jorge Correa, maestro que ha dedicado 40 años de su vida al teatro penitenciario que hoy se ha quedado sin actores.
Antes de marcharse, algunos de los 656 internos dejaron trabajo por terminar, por ejemplo, un mural dedicado al presidente Andrés Manuel López Obrador inspirado en el momento en que firmó el decreto para que las Islas Marías dejaran de ser prisión.
Ahora, las calles y los módulos donde vivieron los reos lucen vacíos, abandonados. Tal es el caso de una granja camaronera, donde se llegaron a producir hasta 42 toneladas de camarones al año.
En los próximos meses, el complejo penitenciario será responsabilidad de la Secretaría del Medio Ambiente, quedará en manos de 400 empleados la misión de preparar la isla para el arribo de alumnos de nivel básico en el verano próximo.