Un total de siete halcones son los encargados de asegurar que no suceda una catástrofe en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), como el acontecido en Nueva York cuando una parvada de aves entró en los motores del vuelo 1549 de la aerolínea US Airways, que provocó que en 2009 se desplomará un avión en el río Hudson.
Un ejemplo de estos vigilantes aéreos es Frijol, un halcón peregrino encargado de realizar recorridos tanto en pista como en áreas perimetrales del aeropuerto, con el objetivo de dispersar cualquier animal que represente un peligro a las instalaciones aeroportuarias y a las aeronaves que realizan operaciones en éste.
Frijol forma parte del Plan de Manejo y Control de Fauna del AICM, en el que biólogos y médicos veterinarios echan mano de este y otra media docena de halcones para realizar la dispersión de más de 110 mil 306 aves, 352 mamíferos y 23 reptiles.
Nayeli Flores, Bióloga y Coordinadora del Manejo y Control de Fauna del AICM refiere que los principales animales que representan un riesgo son: gorriones, zanates, palomas, cernícalos mexicanos, víboras, gatos y ratones.
Desde 2014, el AICM es el primer aeropuerto en dejar de implementar la cetrería, conocida como deporte de caza con aves rapaces, ya que no es un método viable de control de fauna, debido a que la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT, ya no permite matar a ninguna especie, sino sólo dispersarla.
Entre otros métodos de protección se encuentran: cañones de gas, perros entrenados, insecticidas, aves rapaces.