Alfredo Vilchis Roque es conocido como "El DaVilchi de la Lagunilla", apodo que acuñaron sus clientes extranjeros. Hace 30 años, orillado por la necesidad económica, comenzó a vender sus pinturas en un tianguis de La Lagunilla de la Ciudad de México y no imaginó que años después estarían expuestas en museos de Francia, Canadá y Estados Unidos.
Con tan sólo la educación primaria y ningún tipo de instrucción artística, Vilchis comenzó a pintar por pasatiempo mientras laboraba como obrero en una fábrica; un día al quedar desempleado, después de 16 años de trabajo, puso en venta sus pinturas. En ese momento, nació el artista del barrio.
Lo particular de sus obras es que pinta "exvotos"; retablos de lamina o madera que plasman los milagros realizados por los Santos a la gente que pide por ellos. Entre los temas que trata su obra se encuentran algunos de la cultura popular y callejera, como la prostitución y la infidelidad.