El silencio y el sonido del viento es lo único que se escucha en este "cementerio de aviones", ellos "descansan en paz". Alguna vez cruzaron fronteras, montañas y conectaron a miles personas con sus familias, viajando a través de las nubes.
Hoy se encuentran aquí, con asientos destruidos, cabinas de control abandonadas y turbinas inservibles, Algunos cumplieron su ciclo de vida, otros sufrieron accidentes, pero todos terminaron en el olvido en este terreno colindante al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM); en cuatro hectáreas los restos de al menos 30 aeronaves inservibles dan su último adiós.
"El almacén de aviones en desecho que se tiene ubicado en la parte terminal del aeropuerto, es un depósito de aeronaves que han quedado en desuso, y que están bajo el resguardo de la PGR, del servicio de administración tributaria o simplemente abandono por parte de los propietarios". Alejandro Argudín, director general del AICM
Los propietarios de los restos de estos aviones retiraron aquellas partes útiles que se pueden reubicar en otras aeronaves, dejando únicamente el fuselaje o cascaron. Así lo explica Argudín:
El costo de la destrucción de los fuselajes es mayor que el valor de recuperación, alguien tiene que pagar por desintegrarlos, por fraccionarlos y por reubicarlos, y nadie tiene interés en ello.
Las unidades que ahí se encuentran no pueden ser destruidas debido a situaciones legales o por las propiedades de los materiales, ya que la aleación de la cual están hechos no permite la fundición o un uso adicional, dando un valor comercial de cero pesos.
México no es el único país que cuenta con depósitos de este tipo, países como Estados Unidos también almacena los desechos de aeronaves de la misma forma.
Hay cementerios en Estados Unidos en donde hay 5 mil, 7 mil aviones. En muchas partes del mundo los fuselajes se concentran en superficies& y ahí se abandonan al paso del tiempo.. Alejandro Argudín
Este cementerio seguirá "enterrando" a los aviones inservibles a lo largo de los años, dándole el último adiós a los que jamás volverán a volar.