El 17 de abril de 2001 fue la primera vez que Rosario "R" era noticia por un escándalo de corrupción. Acaparaba las portadas de los periódicos de mayor circulación nacional por desvíos millonarios al erario público del entonces Distrito Federal.
Habían pasado solo unos meses de que había dejado la jefatura de la capital del país, como sustituta de Cuauhtémoc Cárdenas, cuando la Contraloría local detectó irregularidades en el ejercicio del año 2000, que beneficiaban a Carlos Ahumada, con quien Rosario mantuvo una relación sentimental.
"Sumaban más o menos unos 7 mil millones de pesos a empresas de Carlos Ahumada que no se traducían en obra, eran un fraude, eran un desfalco para las finanzas de la ciudad, se pagaban obras que él mismo supervisaba", expresa Agustín Guerrero, expresidente del PRD en el Distrito Federal
También se detectó un "cochinito" de 55 millones de pesos en gastos de publicidad para asegurar el futuro político de Rosario. La empresa beneficiada: Publicorp, del empresario Luis Kelly Ramírez.
- Una pieza clave fue el testimonio de Carlos Franco, empleado de Publicorp. El escándalo creció en los medios.
El exdiputado de Acción Nacional, Walter Widmer, asegura que Rosario, como jefa de gobierno, adjudicó directamente a Publicorp servicios que difícilmente se habrán realizado.
No recuerdo la cantidad de funcionarios, pero eran cerca de 100 funcionarios en el departamento de Comunicación Social, que hacía dudar del requerimiento de esos servicios"
En ese entonces, figuras del PRD salieron a defender a la exjefa de gobierno.
Rosario llegó a la presidencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD) asesorada por Ramón Sosa Montes y Carlos Ahumada, y llegaron las campañas previas a los comicios para renovar diputaciones federales y seis gubernaturas, y para conseguir votos, Rosario gastó más de 400 millones de pesos para publicidad con Publicorp, renta de helicópteros, hospedajes y servicios de proveedores, con el aval de Ahumada.
- La militancia perredista criticó esta medida y, en el 2003, Rosario dimitió.
Así comenzó el rosario de denuncias por corrupción en su contra, mismas que continuaron a su paso por la Sedesol y Sedatu, en el sexenio de Enrique Peña Nieto, las cuales quedaron impunes.
Sin embargo, el pasado martes un juez federal la imputó a un proceso, por el doble delito de ejercicio indebido del servicio público.
Dolores Padierna, diputada de Morena, asegura que Rosario se quiere poner como chiva expiatoria; sin embargo:
Es chiva pero no expiatoria, hay que investigar a fondo para que tenga de qué preocuparse, porque ahora tiene que rendir cuentas".
La exsecretaria federal tendrá que permanecer al menos dos meses en el Reclusorio de Santa Martha Acatitla para integrar la averiguación complementaria.