Amanda tiene 63 años y al menos durante 42 fue víctima de violencia de género durante su matrimonio.
Antes estábamos en el baúl, calladita, o sea tenía uno que aguantarse", Amanda Mújica, víctima de violencia de género.
Los golpes de los que era objeto la llevaron a perder la visión de un ojo, incluso estar a punto de perderlo. El circulo de violencia del que era víctima por parte de su pareja, recuerda, era desgastante.
Yo se lo comunique a él, le dije: 'Mira hasta dónde llegó todo esto; me rompiste mi retina&ya quede ciega'. Decidí romper con todo esto&porque era muy desgastante", Amanda Mújica, víctima de violencia de género.
Para dejar los años de maltrato y violencia de género que padecía desde niña, Amanda decidió pedir ayuda a los especialistas y expertos y, así, dejar atrás los golpes que pusieron en riesgo su salud.
A salir de ese ambiente de violencia la ayudó Aíde Rodríguez, una experta en psicología clínica.
Ella refería sentir mucha vergüenza, mucha culpa por haber esperado tanto tiempo en pedir ayuda, pero ella no sabía cómo hacerlo, ¿por qué? Porque venía de un familia que desde el inicio en su infancia fue violentada, entonces ella comenzó a normalizar el hecho de que la trataran a golpes a empujones", Aíde Rodríguez, psicóloga clínica.
En retrospectiva, Amanda sabe ahora que la dependencia económica hacia su pareja contribuyó a que soportara décadas de abuso y violencia.
Luego me preguntan qué por qué no lo deje antes; es que no quería que mis hijos sufrieran lo que yo sufrí; o sea, abandono. Entonces por eso es que yo tenía que soportar", Amanda Mújica, víctima de violencia de género.
Ahora sabe, porque la asesora legal Marisol Ramírez le dijo, que no quedará desamparada por haber terminado con ese matrimonio violento.
Se les explica que aunque no estén casadas por sociedad conyugal ellas tienen derecho de tener una habitación, una indemnización, una compensación porque han trabajado en el hogar durante 20 o 30 años o el tiempo que hayan estado casadas", Marisol Ramírez, asesora legal.
Como parte de las medidas que la defensora legal ha conseguido en favor de Amanda, es que su expareja no puede acercarse a ella.
Después de cuatro décadas y con la determinación de terminar con los golpes, una llamada bastó para solicitar ayuda y obtenerla. Ahora, ella da su testimonio para decirle a otras mujeres que la edad no es un impedimento para salir de una relación de violencia.
Así tenga 70 u 80 yo tengo que seguir adelante, ahora ya siento que estoy liberada", Amanda Mújica, víctima de violencia de género.