Este domingo, los colegios electorales abrieron en Moscú para unos comicios presidenciales en los que Vladimir Putin, tiene casi asegurada la victoria para un cuarto mandato con 70% de la intención de voto a favor de él.
La victoria en estos comicios, situaría a Putin a la cabeza del país hasta 2024, confirmando la imagen de un hombre fuerte y líder imprescindible en un momento de severas tensiones con occidente.
En los últimos días, Rusia se ha visto señalado por el gobierno de Londres por haber, presuntamente, haber ordenado el envenenamiento de un exespía ruso en Reino Unido, por lo que ambos países han emitido órdenes de expulsión de diplomáticos en ambos países.
El gran ausente en la elección presidencial es el opositor número uno al Kremlin, Alexéi Navalni, el único que logra movilizar a decenas de miles de personas pero a quien se le prohibió presentarse por una condena judicial, que denuncia como orquestada por el poder.
Por eso, el principal objetivo del Kremlin en esta campaña átona, fue convencer a los electores de que vayan a votar, especialmente a la "generación Putin", los jóvenes que votan por primera vez y que han vivido toda su vida con él como dirigente.
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