Un informe denuncia el uso de las nuevas tecnologías en la prostitución, con proxenetas que gestionan sus actividades por WhatsApp, buscan a sus víctimas en Instagram y atraen a sus clientes en anuncios en internet.
La prostitución y la explotación sexual en internet son una plaga en plena expansión". Fundación Scelles
- La Fundación Scelles publicó un estudio de 548 páginas llamado "Sistema prostitucional: nuevos desafíos, nuevas respuestas", que analiza la situación en 35 países.
La mayoría de sistemas de mensajería y redes sociales, como WhatsApp, Tinder, Facebook, Instagram, Snapchat o Airbnb, se usan para la prostitución, según el estudio.
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Todos los países están afectados, ya sea con una legislación restrictiva, como en China, o permisiva, como en Alemania". Yves Charpenel, presidente de la Fundación Scelles
Esta "prostitución 2.0" ha sustituido desde hace algunos años a la prostitución en la calle. En Francia representa dos tercios del total de prostitución, según el informe.
- De acuerdo con el ministerio francés del Interior, por primera vez en 2017 el porcentaje de víctimas identificadas que ejercen en la vía pública fue inferior al de las víctimas que ejercen en apartamentos o hoteles.
Internet ha hecho desaparecer la prostitución callejera, que ahora solo es marginal, apunta Charpenel y denuncia un sistema "industrial y sin riesgo" de explotación sexual en internet, que permite a los proxenetas "evitar riesgos personales" y estar "distanciados del tráfico".
Desde un mismo ordenador, una red criminal puede identificar sus futuros 'productos', atraer a los clientes y luego blanquear el dinero". Yves Charpenel, presidente de la Fundación Scelles
En paralelo, las autoridades a veces tienen dificultades para identificar los anuncios de prostitución ambiguos que hablan de "masajes" o de "momentos de evasión".
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Para frenar el fenómeno "hay que construir una auténtica gobernanza de internet", reclaman la Fundación Scelles.
En Francia, la ley sobre la prostitución de abril de 2016, que incluye medidas para penalizar a los clientes, obliga a los proveedores de acceso a internet a poner en marcha un sistema para señalar contenido fraudulento.
No es suficiente. La prostitución genera tantos beneficios que está por todos partes. Hay que responsabilizar más a las plataformas". Yves Charpenel, presidente de la Fundación Scelles