El gobierno de Donald Trump estaría planteando la posibilidad de realizar la primera prueba nuclear de Estados Unidos desde 1992, esto como una advertencia a Rusia y China, informó el diario The Washington Post.
La publicación hecha el pasado viernes por el periódico estadounidense, señala que la discusión de la posibilidad de realizar la prueba nuclear tuvo lugar durante una reunión realizada el 15 de mayo, según refirieron a un alto funcionario del gobierno y dos exfuncionarios consultados por el medio, todos bajo condición de anonimato.
El debate sobre la prueba nuclear por parte del gobierno de Donald Trump se produjo después de que funcionarios estadounidenses aseguraran que Rusia y China están haciendo ensayos nucleares. Tras dichos señalamientos Moscú y Pekín lo negaron, y, hasta el momento, Washington no ha aportado pruebas de sus afirmaciones.
Para el alto funcionario de la administración citado por The Washington Post, demostrar que Estados Unidos es capaz de llevar a cabo una prueba "rápidamente" sería una táctica de negociación útil en un momento en que Washington está tratando de concluir un acuerdo tripartito con Rusia y China sobre armas nucleares.
- De acuerdo con el diario la reunión terminó sin una decisión, y las fuentes divergen sobre el futuro de las discusiones.
Beatrice Fihn, de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), el grupo que ganó el Premio Nobel de la Paz en 2017, advirtió que una prueba nuclear de Estados Unidos podría "sumergirnos en una nueva Guerra Fría".
También desmontaría cualquier posibilidad de evitar una nueva y peligrosa carrera armamentista nuclear. Terminaría por socavar el marco global para el control de armas", dijo en un comunicado.
La administración Donald Trump ha tomado decisiones que han sacudido la política de defensa estadounidense en numerosas ocasiones.
Esta información de The Washington Post se publicó después de que el presidente estadounidense anunciara su intención retirar a su país del Tratado de Cielos Abiertos, tras acusar a Rusia de violarlo.
El tratado, que entró en vigencia en 2002, autoriza a los países signatarios a realizar vuelos de observación sobre los territorios de otros estados para verificar movimientos militares.
Es el tercer acuerdo internacional de defensa del cual el presidente Donald Trump decide retirar a Estados Unidos, después del pacto sobre el programa nuclear iraní, denunciado en 2018, y el tratado INF sobre misiles terrestres de mediano alcance, abandonado en 2019.