Uno de los líderes estudiantiles de la movilización contra el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua, aseguró que los jóvenes nicaragüenses trabajan en una movilización pacífica más organizada en las calles, porque es la única manera de hacer renunciar al presidente, quien se ha convertido en un obstáculo, un peligro y un factor de desestabilización, incapaz de gobernar.
Harley Morales, resaltó que a un año de que estallara la crisis, Nicaragua es un mar de incertidumbre. Sin embargo, señala que vale la pena seguir luchando para que los nicaragüenses recuperen la certeza de su vida.
Estamos viendo que Ortega no tiene voluntad de negociar, por eso debemos tomar las calles, porque es a lo que más le teme, sostuvo el promotor de la nueva plataforma política Con Vos.
Indicó que los nicaragüenses piden elecciones anticipadas no por capricho, sino porque Ortega ya no es capaz de gobernar, se ha debilitado a raíz de los crímenes y la violación de los derechos humanos de la ciudadanía, y la ruptura de su alianza de 11 años con la Iglesia católica y el sector privado. Aunado al rompimiento de las buenas relaciones diplomáticas que tenía.
Además señaló que debido a la violación a los derechos humanos, muchos organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) dejaron de hacer préstamos, y Ortega trata de subir las recaudaciones para mantener de alguna forma su régimen, destinando gran parte de ellas al aparato represivo.
Desde que comenzaron las protestas, Morales y otros estudiantes de la Universidad Centroamericana (UCA) se comenzaron a reunir de forma clandestina para dirigir mejor la lucha y crearon la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), la cual se unió a otros jóvenes organizados en la Coalición Universitaria.
Destacó que la lucha en el interior del país ha sido tomar las calles y esa será la estrategia que mantendrán, porque Ortega es a lo que más le teme, le teme a un plantón de más de 150 personas, es exagerado el uso de la fuerza con la que actúa contra 150 manifestantes.
Enfatizó que el presidente nicaragüense teme que una marcha cívica pacífica pequeña pueda convertirse poco a poco, a medida que la gente vaya perdiendo el miedo, en un levantamiento popular generalizado, por ello, aunque le siguen apostando a la negociación, seguirán manifestándose en las calles.