El 26 de abril de 1986 se registró, en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, ubicada en el norte de Ucrania, que en ese momento pertenecía a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), el peor accidente en materia nuclear de la historia, al explotar la planta de Chernóbil.
Dicha planta nuclear está ubicada a 3 kilómetros de la ciudad de Prípiat, a 18 km de la ciudad de Chernóbil y a 17 km de la frontera con Bielorrusia.
Es considerado el peor accidente nuclear de la historia, y junto con el accidente nuclear de Fukushima en Japón en el año 2011, como el más grave en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares (accidente mayor, nivel 7). También es incluido entre los grandes desastres medioambientales de la historia.
Las causas del accidente son objeto de controversia. Existe un consenso general en que desde el día anterior se venía realizando una prueba que requería reducir la potencia, durante la cual se produjeron una serie de desequilibrios en el reactor 4 de esta central nuclear.
Estos desequilibrios desembocaron en el sobrecalentamiento descontrolado del reactor nuclear y en una o dos explosiones sucesivas, seguidas de un incendio generalizado.
Las explosiones volaron la tapa del reactor de 1200 toneladas de peso, y expulsaron grandes cantidades de materiales radiactivos a la atmósfera, formando una nube radiactiva que se extendió por Europa y América del Norte.
La cantidad de dióxido de uranio, carburo de boro, óxido de europio, erbio, aleaciones de circonio y grafito expulsados, materiales radiactivos y/o tóxicos, se estimó que fue unas 500 veces mayor que la liberada por la bomba atómica arrojada en Hiroshima en 1945, causó la muerte de 31 personas en las siguientes dos semanas y llevó al Gobierno de la Unión Soviética a la evacuación de urgencia de 116 mil personas, provocando una alarma internacional al detectarse radiactividad en al menos 13 países de Europa central y oriental.
Después del accidente, se inició un proceso masivo de descontaminación, contención y mitigación que desempeñaron aproximadamente 600 mil personas denominadas liquidadores en las zonas circundantes al lugar del accidente. Se aisló un área de 30 km alrededor de la central nuclear conocida como zona de alienación, que aún sigue vigente.
Dos empleados de la planta murieron como consecuencia directa de la explosión y otros 29 fallecieron en los tres meses siguientes. Unas mil personas recibieron grandes dosis de radiación durante el primer día después del accidente.
En total, 600 mil personas recibieron dosis de radiación por los trabajos de descontaminación posteriores al accidente. Cinco millones de personas vivieron en áreas contaminadas y 400 mil en áreas gravemente contaminadas.
Tras prolongadas negociaciones con el Gobierno ucraniano, la comunidad internacional financió el cierre definitivo de la central, completado el 15 de diciembre de 2000.
En noviembre de 2016, treinta años después de la tragedia, se inauguró un nuevo sarcófago, al que se denominó "nuevo sarcófago seguro" (NSC, por sus siglas en inglés), una estructura móvil, la mayor construida hasta la fecha en el mundo, en forma de arco de 110 metros de alto, 150 de ancho y 256 de largo y más de 30 mil toneladas de peso.
Se construyó a 180 metros del reactor y luego se ubicó sobre él, desplazándolo mediante un sofisticado sistema de raíles. Se construyó con características que le dieron una durabilidad estimada de más de cien años.
El costo final de la estructura fue de mil 500 millones de euros, financiado por el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD), junto a la colaboración de 28 países que aportaron 1417 millones de euros, y fue construido por la empresa francesa Novarka.