La policía de Oregon sacrificó un oso negro, luego de que el animal se familiarizara con las personas que lo alimentaban y se retrataban con él.
El ejemplar se paseaba regularmente en un parque local en busca de comida que dejaban los visitantes.
Sin embargo, se acostumbró demasiado a la presencia de los humanos hasta tal punto que representaba una amenaza.
Las autoridades decidieron sacrificar al oso, al concluir que era imposible reubicarlo en otra zona.
El Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Oregon informó que el ejemplar tenía entre dos y tres años y pesaba 45 kilos.
Además, recordó que los osos no pueden ser alimentados por los humanos, pues corren el riesgo de enfermarse.
En Oregon, está prohibido alimentar a los animales salvajes, por precaución.