El Rey Felipe VI de España renunció a recibir la herencia que le pudiera dejar su padre, el rey emérito Juan Carlos, y le retiró su asignación, informó este domingo la Casa Real.
Esta decisión se conoce luego de que el diario británico The Telegraph publicara que Felipe VI era también beneficiario de una entidad offshore a nombre de su padre, que recibió 100 millones de euros del rey Abdalá de Arabia Saudita.
La Casa Real española publicó este domingo un comunicado en el que informa además de que Juan Carlos I deja de percibir la asignación que tiene fijada en los presupuestos de la Casa de Su Majestad el Rey.
"En coherencia con las palabras pronunciadas en su discurso de proclamación y con la finalidad de preservar la ejemplaridad de la Corona, S.M. el Rey quiere que sea conocido públicamente que S.M. el Rey Don Juan Carlos tiene conocimiento de su decisión de renunciar a la herencia que personalmente le pudiera corresponder, así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada y que deben informar la actividad de la Corona", asegura el comunicado de la Zarzuela.
Según una investigación de la fiscalía suiza, en la trama delictiva estaría involucrada la empresaria alemana Corinna Larsen, con quien mantuvo una relación extramatrimonial, además del monarca Abdulá de Arabia Saudita.
Hipótesis sobre la renuncia del Rey Felipe VI
Una, que ese millonario regalo fuera para agradecer "el blanqueamiento" por parte del jefe de estado español de un régimen dictatorial como el de Arabia Saudita (con quien siempre tuvo una estrecha relación).
Y dos, que en realidad ese dinero fuera la mordida por facilitar el megaproyecto del tren de alta velocidad AVE a la Meca. Esta última línea es la que está siguiendo el fiscal suizo encargado del caso Yves Bertossa, según los medios de su país.
En su declaración ante la fiscalía suiza hace unos meses, en un interrogatorio el pasado 19 de diciembre de 2019, Corinna Larsen explicó que esos 65 millones fueron "un regalo no solicitado del rey emérito", una "forma de donación" para ella y su hijo.