Este miércoles la prensa española sacó a la luz los audios compartidos a través del grupo de WhatsApp de La Manada, los cinco jóvenes acusados y sentenciados a nueve años de prisión por abusar de una joven, momentos antes y después de su fechoría en San Fermín, España.
Las grabaciones son de la noche del 6 de julio de 2016 y en ellas se escucha cuáles eran las intenciones del grupo, su estado de exaltación y la actitud de El Prenda, a quien describen como un enfermo.
En el chat compartían sus fechorías con los otros amigos que se habían quedado sin ir a Pamplona, los cinco integrantes de La Manada reconocen que iban drogados, pues en el audio se escucha:
Vaya vacilón tengo churra&
Además, se habían fijado como objetivo buscar a un tipo de mujer para tener sexo grupal...
Quillo, en verdad fo... a una buena gorda entre los cinco en San Fermín sería apoteósico&
En otra de las grabaciones hacen hincapié a que debían ir bien preparados:
Chavales, muy importante la droga. Que no se os olvide, que la echaremos en falta después.
Los audios de los ahora condenados a nueve años de prisión revelan lo que platicaron antes de abusar de su víctima, donde se escucha:
Vaya como lo estás pasando Churra. Esto no tiene límites. No los tiene&
Es lo que le decían a la que sería su víctima mientras bebían por la calle. Incluso le pidieron a la chica que dijera unas palabras para el resto de participantes del chat y ella grita:
- ¡Happy!.
Después de ver los videos que grabaron sus amigos de Pamplona teniendo sexo, otro de los integrantes del grupo de Whatsapp critica la actitud de El Prenda:
Quillo parece que estoy viendo a El Prenda. Los notas ahí liados con la tía y él ahí metiendo mano por todos lados, con la cara que se le pone de calentón, que le da igual echar para un lado a un amigo por tal de meter mano él&
Además, comentan entre ellos que ese suele ser el modus operandi de El Prenda y otro lo describe con estas palabras:
Cuando está así con una tía o algo que él ve que tiene posibilidades, se pone súper salido ¿eh? Y súper asqueroso el cabrón. Es como un enfermo.
De esta forma, los amigos que se quedaron en Sevilla creyeron que no era normal lo que hacía el presunto cabecilla de La Manada.
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