Con visibles marcas de tortura, las autoridades de Nigeria rescataron a cerca de 400 victimas, entre niños y hombres, que permanecían hacinados en una escuela en el norte del país.
El portavoz de la policía, Yakubu Sabo, detalló que las víctimas fueron golpeadas, les limitaban los alimentos, eran agredidos sexualmente y estaban encadenados. El lugar se encuentra en ciudad de Kaduna, informaron este viernes fuentes policiales.
La condición en la que encontramos a las víctimas era tan deshumanizante, muchas de ellas estaban encadenadas", Yakubu Sabo, portavoz de la policía.
Durante el operativo de rescate, del barrio de Rigasa, las autoridades detuvieron a siete personas, entre ellas el propietario de la escuela quien afirmó a la policía que los niños habían sido traídos por sus familias para aprender el Corán o porque tenían problemas como la adicción a las drogas.
El sitio era operado por siete hombres, liderados por uno de 39 años e identificado como Ismaila Abubakar, según el sitio informativo africano All Africa.
Sin embargo, el lugar no tenía licencia para ejecutar ningún programa reformatorio o educativo, y aun no es claro como estos abusos pasaron desaparecidos por la policía.
Este lugar no es una rehabilitación o una escuela islámica porque lo pueden ver por ustedes mismos. Niños pequeños, algunos de ellos traídos de nuestros países vecinos como Burkina Faso, Mali, Ghana y el resto. Y los niños reunidos aquí son de todo el país, de todo el país, algunos de ellos incluso encadenados. Fueron utilizados, deshumanizados, puedes verlo tú mismo ''.
Por lo pronto, las autoridades locales intentaban localizar a las familias de lo que parecían ser unas 400 víctimas, de acuerdo con la agencia AP.
Encontramos a un centenar de estudiantes, incluidos niños de apenas nueve años, encadenados en una pequeña habitación, con el pretexto de corregirlos y educarlos", dijo Yakubu Sabo, portavoz de la policía de Kaduna, quien relató que muchos de ellos tenían cicatrices en la espalda.
Durante la redada, llevada a cabo a raíz de las repetidas denuncias de los vecinos que sospechaban que algo anormal ocurría dentro de la supuesta escuela coránica, la policía encontró una "cámara de tortura", donde los estudiantes eran colgados de cadenas y golpeados.
El propietario de este supuesto colegio aseguró que su única actividad era la enseñanza del islam, y rechazó como falsas cualquier acusación de "tortura, deshumanización y homosexualidad".
La supuesta escuela islámica, que abrió hace unos 10 años, recibía a jóvenes llevados por sus familias para aprender el Corán y sobre todo, para reconducir a pequeños delincuentes o drogadictos.