Maria Butina, una activista de 29 años en favor de las armas, fue detenida el martes en Estados Unidos. Está acusada de actuar como agente encubierta de Rusia mientras vivió en Washington, reunir información sobre funcionarios estadounidenses y organizaciones políticas y trabajar para establecer líneas de comunicación secretas para el Kremlin.
El anuncio de su arresto tuvo lugar pocas horas después de la cumbre entre Vladimir Putin y Donald Trump, durante la cual Trump pareció exonerar a su homólogo ruso de las acusaciones de la justicia norteamericana sobre la injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales de 2016.
Una "joven estudiante"
De acuerdo con los documentos judiciales emitidos en su contra, Maria Butina se encontraba en Estados Unidos con una visa de estudiante, pero en realidad trabajaba para un alto funcionario del Kremlin, que si bien no se especifica su nombre, se cree que se trata de Alexander Torshin, un exsenador del Parlamento Ruso.
La supuesta conspiración comenzó en 2015. Torshin le habría "encargado" a Butina trabajar para infiltrarse en organizaciones políticas estadounidenses con el objetivo de "reportar a Moscú" sus hallazgos.
Una de ellas sería la más importante organización proarmas en Estados Unidos: la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés). De esta manera, establecerían comunicaciones directas entre Rusia y "altos mandos" de un partido político estadounidense, que si bien tampoco se especifica, parece ser el Partido Republicano, al que representa el actual presidente, Donald Trump.
Reacciones "exageradas"
El abogado de Butina, Robert Driscoll, dijo a través de un comunicado que las acusaciones son "exageradas" y que la fiscalía criminalizó oportunidades mundanas de establecer contactos. Según Driscoll, la joven no era una agente de la Federación Rusa sino que estaba graduándose en la American University en una maestría en relaciones internacionales.
"Simplemente no hay indicios de que la señora Butina buscase influenciar o socavar ninguna política o ley específica o a Estados Unidos. La denuncia es simplemente un mal uso del estatuto de Agente Extranjero, que está diseñado para castigar la propaganda encubierta, no abierta y el networking por estudiantes extranjeros", señaló Driscoll en un comunicado.
Momentos de tensión
Sin embargo, la detención de Maria Butina sucedió pocas horas después de la cuestionada cumbre entre Vladimir Putin y Donald Trump, y a unos días de que el fiscal especial del FBI, Robert Mueller, acusó a 12 funcionarios de inteligencia rusos de dirigir una vasta ciberoperación para influir en las presidenciales de 2016.
Por ello, la portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Maria Zajarova señaló que su arresto busca "minimizar el efecto positivo" de la cumbre.
"Da la impresión de que alguien, con su reloj y su calculadora, calculó no sólo la fecha, sino también el horario, para que esta historia se hinche al máximo", añadió, estimando que "parece que el FBI obedece abiertamente a una orden política".
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