Pareció escucharse un quejido colectivo en toda Argentina luego de que el presidente Mauricio Macri pronunció tres palabras que muchos vinculan con las peores épocas del país: Fondo Monetario Internacional.
Macri sorprendió a los argentinos al anunciar esta semana que procurará obtener un acuerdo de financiamiento con el FMI tras una fuerte devaluación de su moneda en las últimas semanas y un pronóstico poco alentador de la economía global.
Argentinos desconfían del FMI
Las declaraciones del presidente no parecieron tranquilizar a la población, que teme que se desate una crisis económica como la de 2001, que causó revueltas sociales, una fuerte represión del gobierno y la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa.
Históricamente, la imagen del Fondo Monetario Internacional ha sido bastante traumática para los argentinos, quienes relacionan a la institución económica con las crisis económicas que han vivido en su país.
La crisis de hace 17 años, también conocida como el "cacerolazo", dejó desempleados a uno de cada cinco argentinos, millones se hundieron en la pobreza y miles pasaron hambre. Incluso, el periodista Martín Caparrós documentó en su libro "El hambre" que algunas personas tuvieron que buscar comida en la basura.
- El peso, que había estado vinculado al dólar, perdió casi el 70% de su valor, desplomándose así la segunda economía más grande de Latinoamérica.
Desde entonces, se ha responsabilizado al FMI por su papel en la mora de pagos de Argentina de su deuda de más de 100 mil millones de dólares. Un sondeo efectuado por los encuestadores argentinos DAlessio Irol/Berensztein señaló que el 75% de los habitantes sienten que solicitar ayuda al Fondo es una medida errónea.
El "milagro" argentino
En un discurso dirigido a la nación, Macri dijo que había iniciado conversaciones con el FMI como una forma de hacer frente a las aflicciones económicas internas y a una situación compleja en el mundo, incluida el alza en las tasas de interés, un incremento en los precios del petróleo y una depreciación de las divisas de los mercados emergentes. Una semana antes, el peso argentino alcanzó su mínimo histórico frente al dólar estadounidense y los precios de los bonos de Argentina se hundieron.
Aun así, la decisión de recurrir al FMI para solicitar préstamos para apuntalar las reservas del gobierno y apaciguar las presiones sobre la moneda sorprendió a muchos. Hace sólo un año, Argentina seguía siendo atractiva para los inversionistas. El gobierno vendió totalmente una emisión de bonos a 100 años aprovechando una tasa de interés baja.
En ese momento, muchas personas hablaban de un milagro económico y decían que Macri tenía prácticamente garantizada la reelección después de que su coalición se apuntó una victoria decisiva en los comicios legislativos. Ahora, la oposición se ha envalentonado y el futuro político de Macri se ve más inestable que nunca.
¿Qué ocurrió?
Había mucho optimismo y los mercados financieros buscaban cualquier tipo de rendimiento donde fuera. Y cualquier país que pareciera ir por el camino correcto estaba atrayendo mucha atención y dinero" Monica de Bolle, del Instituto Peterson de Economía Internacional.
Después de que Macri asumió el puesto en 2015, pudo lograr mucho con rapidez. Solucionó una larga disputa legal con acreedores que le permitió a Argentina regresar a los mercados mundiales de crédito por primera vez desde su mora de pagos récord de 2001. Retiró el control de divisas y otras distorsiones económicas y ordenó al gobierno publicar estadísticas fidedignas, datos que el FMI y los analistas locales habían cuestionado durante los gobiernos de sus predecesores.
Pero los argentinos siguieron perdiendo poder adquisitivo a consecuencia de la elevada inflación y muchos se sintieron frustrados por las subidas en el combustible y el transporte público.
El peso perdió terreno frente al dólar luego de que el alza en las tasas de interés estadounidenses atrajo a los inversionistas para que sacaran su dinero de Argentina y lo colocaran en Estados Unidos. Eso provocó nerviosismo entre los argentinos que, desde la crisis de 2001, están acostumbrados a ahorrar en incluso hacer transacciones en dólares como protección. El gobierno de Macri se vio obligado a imponer tres alzas en las tasas de interés y a incrementar los esfuerzos para disminuir el déficit fiscal.
¿Un FMI diferente?
De Bolle, que trabajó en el FMI a principios de la década de los 2000, dijo que estos sentimientos son comprensibles, pero apuntó que el organismo cambió radicalmente desde esa crisis. Ha relajado las prescripciones de políticas que obligaban a la austeridad a las naciones que recibían sus fondos y ahora se centra más en la desigualdad y en asuntos sociales, agregó.
Han pasado casi 20 años desde que el fondo tuvo relación con Argentina. Eso es mucho tiempo. Ahora es una institución diferente", puntualizó la experta.
¡Denuncia en Uno!
¿Conoces o tienes fotos y videos de algún acto de posible negligencia, corrupción y abuso de autoridad? Mándalo al WhatsApp de Uno TV: 5562115131. ¡Compártelo! Nosotros le damos seguimiento.