La familia real británica reaccionó al anuncio que hizo este miércoles el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle sobre abandonar sus funciones de primer rango como miembros de la familia real británica para hacer un equilibrio geográfico entre Londres y Estados Unidos en beneficio de la crianza de su hijo, Archie, y otros proyectos.
A través de un comunicado, el palacio de Buckingham manifestó que comprendía el deseo del príncipe Harry y su esposa Meghan de alejarse de sus compromisos con la institución monárquica pero advirtió, que esa retirada era un tema complicado y que se iba a necesitar tiempo.
Las discusiones con el duque y la duquesa de Sussex se hallan en un estado precoz. Comprendemos su deseo de iniciar otra andadura, pero son cuestiones complicadas que requieren tiempo para ser resueltas", la familia real en el comunicado.
La pareja de Sussex emitió un comunicado que le dio en pocos minutos la vuelta el mundo, con el que anunciaban que además de la distancia que pretenden tomar de la familia real, buscan una independencia financiera.
Después de muchos meses de reflexión y discusiones internas, hemos elegido hacer una transición este año para comenzar a forjar un nuevo papel progresivo dentro de esta institución. Tenemos la intención de dar un paso atrás como miembros mayores de la Familia Real y trabajar para ser financieramente independientes", aseguraron Harry y Meghan.
Sin dar mayores detalles, Harry y Meghan explicaron que, "a su debido tiempo", informarán más sobre su próximo paso, mientras que por el momento continuarán colaborando con la reina Isabel II, el príncipe de Gales, el Duque de Cambridge y todas las partes relevantes de la familia real.
Pareja desenfadada
Gracias a su imagen de modernidad, desenfado y compromiso con causas sociales, la joven pareja logró, desde su boda en 2018, una enorme popularidad: abrieron una cuenta Instagram el 2 de abril y en menos de seis horas alcanzaron el millón de seguidores, batiendo un récord mundial.
Pero en los últimos meses no habían dejado de expresar su incomodidad con el estricto estilo de vida impuesto a los miembros de la realeza británica, escrutados con lupa por una prensa sensacionalista a menudo despiadada con unos jóvenes que rompieron los moldes tradicionales.