Debido a las medidas preventivas para contener el brote de coronavirus tomadas en varios países del mundo, Spider-Man salió a las calles de Gran Bretaña para dar batalla al confinamiento por la COVID-19, y lograr animar a los niños que deben permanecer en sus casas para evitar la propagación del virus.
Todos los días, desde sus ventanas, muchos pequeños observan al intrépido superhéroe realizar piruetas y acrobacias desde la acera afuera de sus casas.
La idea surgió entre un par de residentes del suburbio de Stockport, en Manchester, quienes decidieron vestirse como el héroe del cómic Spider-Man para animar a los niños que están atrapados en el interior debido al bloqueo del coronavirus, mientras ellos se ejercitan.
Jason Baird y Andrew Baldock, ambos practicantes de artes marciales, aprovechan la hora de ejercicio al aire libre que el gobierno británico le ha permitido a sus ciudadanos tras el confinamiento por la COVI-19, para hacer más llevadera la cuarentena a los pequeños de su comunidad.
Ante el brote de coronavirus, el Gobierno británico impuso medidas de aislamiento a sus ciudadanos. Según los últimos reportes, Gran Bretaña tiene registrados más de mil muertos por coronavirus y más de 25 mil casos confirmados.
Entre las personas que han resultado infectadas figuran el príncipe Carlos, heredero de la corona; el primer ministro Boris Johnson y su ministro de Salud, Matt Hancock.
Ante la rápida agravación de la epidemia, Reino Unido inició una carrera contrarreloj para reservar miles de camas en hospitales, en particular en Londres, donde la enfermedad se propaga rápidamente.
Y pidió a su población permanezca "realmente, verdaderamente, confinada" para frenar la propagación por al menos tres semanas.
A los británicos sólo se les permite salir de casa para ir a comprar, trabajar, recibir tratamiento médico o hacer ejercicio físico una vez al día. Las reuniones de más de dos personas están prohibidas y se debe respetar una distancia de dos metros entre personas.
Una nueva ley que dotó de nuevos poderes de la policía -uso de drones, controles en carretera- para obligar a la población a respetar el confinamiento contra la propagación del coronavirus está provocando controversia.
En virtud de sus nuevos poderes, los agentes pueden disolver grupos y poner multas de hasta 73 dólares para una primera infracción y del doble para la segunda.
La jefa de Scotland Yard, Cressida Dick, pidió a los agentes retirados desde hace menos de cinco años que vuelvan al servicio, asegurando que la presión sobre la policía aumentará en las próximas semanas.