Decenas de miles de partidarios de la expresidenta Dilma Rousseff, destituida por el Senado esta semana, manifestaron este domingo en Sao Paulo en contra del nuevo gobierno de Michel Temer, que asumió el poder y ha minimizado las protestas.
"¡Fuera Temer!" y "¡Elecciones directas ya!", fue el grito repetido en pancartas y en las consignas de unos 100.000 manifestantes (cifra de los organizadores), que llenaron la neurálgica avenida Paulista de la capital económica de Brasil y sostienen que la destitución es un "golpe" y deben ser convocadas nuevas elecciones.
El Senado destituyó a Rousseff después de hallarla culpable de maquillar las cuentas públicas para ocultar el verdadero estado de la economía brasileña y Temer, que como la mandataria tiene bajísimos niveles de popularidad, asumió el poder.
La protesta cerró con enfrentamientos con la policía, que disparó bombas de gas, según el sitio G1. Otras manifestaciones esta semana terminaron del mismo modo, con destrozos y dispersadas por la policía.
Temer, que viajó a China para participar del G20 horas después de ser juramentado, dijo que las protestas fueron "grupos pequeños y depredadores".
"El presidente golpista de Brasil dijo que nuestra manifestación tendría cuarenta personas. Aquí están las cuarenta personas, ya somos casi 100 mil en la avenida Paulista", zanjó Guilherme Boulos, del movimiento de los Sin Techo, que convocó a la marcha junto a otras organizaciones de izquierda.
Algunos manifestantes quemaron un ataúd de madera que tenía dentro un muñeco de Temer. Una señora se paró con un cartel que en inglés decía que:
"Dilma aún es la presidenta de Brasil".